CORRECCIÓN

Seguía siendo injusto y no había paz, pero había una idea. La tuve una vez, puedo recordarlo, pero no ahora. Mi idea era una cinta recubriendo un paquete rojo, adentro una caja de madera fina, por fuera un papel rústico, caoba, a la mitad de los vórtices cuatro lineas medianeras, por allí cruzaban senderos rectos amarillos y violetas. Es el camino de la seriedad, no de la victoria. Hace treinta años, en Suiza, supe tener gran éxito como periodista deportivo. Después de almorzar con mi familia, tomaba de la mano a mi hijo varón e iba a los campos Ecublens (cantón de Vaud). De seguro, te habrías sentido orgulloso de mí en aquel tiempo.

A pesar de que la nomenclatura halla devenido teatro absurdo, soy consciente que entre Goethe y Carlyle se cosechó una luz potentísima. El fascismo Aleman lo industrializó y cambió de etapa. No hubo otra opción más interesante que el monoteísmo. El espiritu y la voluntad se materializó en la trascendencia personal de Hitler. Desde allí el mundo continúa esta afrenta. Napoleón y la gloria voluntariosa, la superación corporal. Giordano Bruno y Juana de Arco unidos interviniendo el patriarcado y la iglesia. Che Guevara, Genghis Khan, Alejandro Magno, Cristo, Buda. En cada hombre está la obra. El monoteísmo nos sigue impulsando hacia esto, quizá por una cuestión de comodidad. No los culpo, no habría lugar para registrar las experiencas de todos los hombres (y dudo que esas experiencias sen dignas de ser registradas). Uno de los últimos, o más recientes, es nuestro amigo en común, Roger Federer.

Verás, desde el 2004 la popularidad de este deporte no ha parado de crecer. Según nuestros últimos sondeos, en el 2007 había algo más de 53.000 jugadores en nuestro país. 15.000 de ellos jóvenes -desde los 8 hasta los 18 años- en distintas categorías. A esto habría que añadirle otros 150.000 jugadores, de los distintos clubes, repartidos por la geografía helvética. En los torneos juveniles la actividad se ha incrementado notablemente. Se pasó de tener 6.300 equipos participantes en 2003 a superar los 6.600 en 2007.

Después de él, nuestro tenis ha muerto (y no renacido como todos los críticos piensan). No hay sucesor alguno que tenga posibilidades ni ganas de suplantarlo. Nosotros luchamos en busca de la perpetuidad. Nuestra última candidata era una chica rubia, muy simpática, Stefany Vöegele. Sin ir más lejos, fue el punto decisivo para ganar la llave contra Austria en la Davis. Pensamos que va a tener un buen porvenir. Es el mejor ejemplo de los planes de formación que ofrecemos. Vive en Biel desde los 12 años (la conocemos muy bien). Es una satisfacción recoger los frutos de nuestro trabajo.

En las instalaciones se ejercitan siempre entre 10 y 15 jóvenes seleccionados por su potencial. Viven en una casa de la federación que está en Biel. Van al colegio y entrenan cada día en el centro. Los fines de semana vuelven a casa de sus familias. Vienen jugadores a partir de 12 años y se quedan normalmente hasta que cumplen los 18 o 19. Se supone que en ese momento deberían alcanzar los primeros 200 puestos de la clasificación mundial, tanto en chicas como en chicos. Tras este período de formación ya están listos para luchar y forjar su propio camino en el circuito del ATP tour.

¿Porque te cuento todo esto? Verás, después de mi último desastre amoroso he decidido rehacer mi vida y me he mudado a un pequeño país llamado Uruguay. Al poco tiempo comencé a dar charlas sobre educación física en instituciones privadas. Al principio estuvo bien. Surgieron tres o cuatro liceos que reclamaban mis servicios, pero en muy poco tiempo se agotaron las instituciones interesadas en invitarme a que fuera a disertar sobre tenis. Fue allí que decidi meterme en la política. Me pareció la mejor opción trasladar el personaje de seriedad y pulcritud que manejaba en Suiza, y no me fue mal. Los descreídos me apoyaban por un simple afán antagónico. La derecha y la izquierda eran amateurs, yo era un profesional (o al menos me las arreglaba para dar esa imagen). Hace un par de meses ocurrió algo que me llamó poderosamente la atención.
Una vez cada cinco años este país convoca a elecciones (sistema de elección de gobernantes llamado "Democracia") donde los ciudadanos tienen la posibilidad de participar junto a su clase gobernante de algo que en Suiza se llamaría "feria política". Los gobernantes suelen descender de sus palcos y se acercan a celebrar junto a su comunidad correspondiente. Cada uno habla una lengua específica, y el juego central es la aculturación. He tenido algunos problemas con esta actividad.
La agrupación de los Colorados tiene una gran tradición. Su fuerte son los bailes y la entonación del himno. La agrupación Nacional tiene una fuerte impronta de comunión gauchesca. Son excelentes anfitriones, es muy dificil decir que uno no se siente realmente en confianza con ellos (además suelen lograr una combinación excelente entre canto popular o payadas y kilos de carne muy sabrosa sobre un largo parrillero). Por otro lado la tercer agrupación que conocí se llama Frente Amplio, es muy pintoresca y fuerte. Goza de gran prestigio entre la clase intelectual y baja. Muchos artistas han manifestado su apoyo a esta lengua desde lugares imperceptibles como la literatura, la música y la plástica. Sin embargo, verás, esta agrupación es la que más me molesta. No entiendo como pueden querer gobernar obviando o dejando de tener en cuenta a nuestra amada tierra Suiza. Además en el tenis son muy malos. Roger Federer jamás hubiera nacido en Uruguay.

A pesar de que comencé mi campaña electoral con mucha fuerza, el auge y la repercusión necesaria ha ido decayendo. Hay quienes me dicen que nuestro himno (intimamente armónico y bello) es muy tosco y aburrido. Otros me llaman la atención con respecto a los colores del partido (ignorando que el amarillo es el color de Baldur y el violeta el aura de las empresas victoriosas). También me dicen que parezco frío, que nuestra agrupación es demasiado apática, que nunca tomamos vino cuando repartimos listas. Gradualmente me estoy arrepintiendo de esta profesión. Por eso, dejé de querer aculturar con nuestra lengua y he optado por llamar la atención al partido Nacional y al Frente Amplio sobre cuan mal hacen ellos las cosas. Realmente me han cansado sus peleas. No por la temática sino por el hecho de que no peleen conmigo. Soy Suizo, si pelearan conmigo les haría un triple 6-3, y en 3 sets.
De todos modos tengo fe en que mi estretegia rendirá sus frutos en unos cincuenta años. Ya que ellos no hacen más que pelearse, y corregirse unos a otros, yo me promocionaré como un actor político que funcionará de "contralor". Tendré espacio para vaciar todo lo que no soy capaz de admitir en mi partido: no gastaré dinero en alcohol, no tendré que cocinar para nadie, no tendré que cantar ni bailar con los ciudadanos, podré llegar al poder relacionándome unicamente con los organizadores de la feria, criticando la metadiscursividad política (aunque esta sea la única herramienta que puedo utilizar para mi partido en este momento). Espero nadie descubra mis designios.

He cabido en la cuenta que este no es mi hormiguero, pero tengo miedo de irme. Después de mi nacimiento vi claramente el designio de la providencia y comencé a trabajar por ello. Pero ya he pasado los treinta años y no considero tan altos mis logros. ¿Será que he fallado? ¿Fue posible en algun momento que Cristo no fuera Cristo? ¿Existe tal cosa? No lo sé. A causa de esto no he podido conciliar el sueño en los últimos meses de mi vida. Y cuando duermo siempre es la misma película: Roger Federer perdiendo la final del Us Open contra Juan Martin del Potro.

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