Sigilli
Giordano Bruno, Ars Reminiscendi (1583)
árbol
al pie de una montaña
árbol
detrás del río
árbol
cruzando la luna
árbol
bajo cielo
para llevar tu cuerpo verdadero
a la transgresión bruta
quiero levar
cargando
lo que tenemos de aire
y perderme
en esos vaivenes
[…]
El agua la cultivó.
Yo
le supliqué al agua
pero adentro agarrotada y
fría
la misma diosa se hizo
prisionera
El mundo es lo más real
ahora
Los árboles me arropan
y las calles
solitarias
me dejan caer en su juego de
estrellas
Yo tengo una verdad
que me guía
hacia un rincón angosto
por el que siempre paso
pero ahora me he detenido
y no voy a dejar
de separar las paredes
Rompo la liga que urdí
en el agua
Rompo la liga que urdí
en la cueva
Tan solo vemos el placer
como la necesidad de ir pendiendo de rama en rama
Ese dejarse caer lubrica las
paredes de mi habitación
Siento mi alma caliente
hablando con los muertos Siento que acordamos una estrategia Una
forma para escabullirnos del bosque sin que la multitud pueda
advertirnos
Ellos son ardientes en la
maroma Imbricarse en organismos de tres o más cuerpos
Cuando vivan uno encima de
otro Como insectos
Verán que por encima del
flujo
Por encima de los cuerpos
Una gran cabeza se masturba
mirándolos coger
Rompo la liga que urdí
en el agua
Rompo la liga que urdí
en la cueva
Dejo atrás un enigma
vetusto aunque atemporal
que ve
en relación a su ombligo
donde brotan madreselvas
¿El sueño avizora o
miente?
Piérdete en las catacumbas
del cielo
que es tu memoria
Deja en paz al alma de tu
amigo
Siente: la luna se
parte como un huevo
Tan espeso y frío es
nuestro éxtasis
nunca genuino aunque
originario
Es una piedra esmaltada de
semen
es una montaña donde su
flujo
desgarra pero su herida es
de obsidiana
Hierve
Las regiones que flotan
sobre el fuego
son el manto de agua donde
un oasis
se cierra Solo allí
el centro del desierto queda
abandonado
abandona tu oasis
el desierto te necesita
La madriguera insoportable
que has creado
A través de ti la
naturaleza descansará
y tu serás la naturaleza
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