Hijo hermano cazador
Suave brisa del alba donde bailaron tus tristezas en el mar Los ojos
distantes adentro de las redes Nadar es siempre una danza El origen
del movimiento Después el cielo tronó sus confines, después el
rayo cavó un pozo Pero al principio la danza acercó las partículas
a cortar su abdomen. Ese cuenco abisal. Este océano debajo del
ombligo, el sol oculto. Los peces son banderas flameando en diagonal.
Desde la cima caracoles se desprenden. Su caída es el juego de la
soledad. El agua nunca está sola. Es agua. Tristemente se eleva.
Triste por el límite que te obliga a vivir.
Hijo hermano cazador No hay respuestas aún Sin encanto, sin
testigos. Pregúntale al hierro si el camino es recto o mejor una
cierta gama de oscilaciones cuando el soplo nos revierte: solo un
soplo es la pared sobre la que meditamos. Es decir, hacia, en donde,
por la cual.
Voy a contemplar su desintegración.
¿Eso quieres?
La vida es casi demasiado.
Mi piel no resiste tantos perfumes. Vamos por el mundo con la boca
abierta: hablar, tragar haciendo fuego. No es de fruta solamente el
bosque. Vi la Sierra dejar caer su crepúsculo de agua de metal. A la
montaña una garganta de fuego. Caldos, lagartija y oro.
Va más allá de eso lo que vive la cabeza es incineración
para rodear la necesidad .
Va por otro sitio si descubres el velo soportará tu nariz la
vista de las cosas?
Si te dejas partir el horizonte nos cruza la mirada. Ser y crear
eso eres.
Ver y conocer. Sentir es volver a sentir.
Transfiguro mi próximo cuerpo en otro. La mirada por quien soy
cautivo de quien soy y es ajeno a sentir lo que un cuerpo devora.
Quien necesidad es casi un punto por debajo del abdomen. Casi un
soplo desde el más allá de tu cuerpo un fantasma va a nuestro
encuentro. Un espectro. Un Bardo.
Nos desligamos del viaje queriendo sostener la vida y es la vida
quien nos sostiene.
Quién no va a mi encuentro?
Quién se pierde?
Quién no quiere ser?
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