Partir antes del puente
Con las adoratrices pude ir más adentro.
Su gesto delicado hiriendo lo caótico permitía la brutalidad.
Tengo mis recuerdos como un hallazgo
valioso. Estas rocas durmiendo en mis manos (que las ofrecen).
Sabía que el silencio es una noble
interrupción, pero la novela sigue un curso premeditado.
La veo soñar su verano. Su delirio de
regresión reformada por el vértigo.
Por esas imágenes me
deslizo hacia el sueño.
Un pasillo que cruzo a puntas de pie.
Es un pasillo de hierba y San Antonio.
Cruzo, a hurtadillas.
No sigo la luz para evitar que me queme.
Accedo a la habitación del ardor a hurtadillas
para ser
para ser
mi inalcanzable.
Lato y galopo, tiempo a tiempo. Se me
derrite la punta del pié. Mi rodilla derecha, encarnizada, cruje, da
puntadas, se crea obstáculos.
Quisiera combatir. No esto. La paz que
parece una muerte y no lo es.
Entonces tendré que comenzar a vivirme
como algo diferente a la vida.
Está bien.
Necesito aceptarme para encontrar la paz.
Pero no a través del deseo. Porque nunca deseé la paz.
Deseo las llamas del infinito. La
perpetuidad. La cima donde la música. Derramarme en el agua para
dividirme en canaletas, pasar por cada rincón y empezar a bajar.
Entrar al agua para entrar al cuerpo y
partir la luna en la mitad de mi abdomen. No la paz. El suceso de la
paz. El amor de las entrañas, blandas. Tibias.
Comentarios
Supongo que te conocia de mundo blogger en el q ya te seguia se ve, estuvo demas lo q nos leiste aca en el camping tras los banios sobre el arroyo..puesto al sol entre chorixos . Saludaress