BAJO TIERRA
No
sabes volar
tu
corazón fue enterrado bajo tierra.
Bajo
tierra enluté sus manos, asfalto y grafito.
No
sabes volar, el suelo te necesita y clama. Estás clavada a las
raíces de la tierra que te hacen beber su túnel. Viajar neón por
neón encima de los sarcófagos flotantes que van atravesando el río
y se convierten en el río que permite su paso.
Llover
a la mañana, abrir el libro de mi nombre. Pasar las páginas. Dejar que me toque. Pisar la tela del
libro que se comió sus manos. Huella en el ojo del salar.
No
sabes volar, no vuelas. Viaja dolor por dolor.
Vive
en el daño.
Al
igual que un árbol tu corazón habrá de quebrarse. Lo tumbarán las
palabras de un montón de gentuza que se guardó tu nombre en el
chaleco. Ellos te quieren derribar y tu también quieres. Porque tu
corazón será puesto sobre una mesa donde lo cortarán por sus
lastres.
Y
si viviste duro como roca, tu corazón será una piedra. Lo apilarán
junto a otros y encima erigirán la montaña.
Pero
si eres de los que viven por debajo de la tierra,
deja
que tus raíces broten
para
partir y derribar a todas las ventanas.
Deja
que el rayo ingrese, la noche es tu casa.
Soporta
los pies con tu cabeza.
Varios
mundos se han derribado ante ti.
El
sol hizo crecer tu pelo.
Si
vienes por debajo de la tierra deja
que tu pelo crezca,
deja a los animales
libres de tu pelo.
Si
vienes
por
debajo de la tierra
dile que ya despegue
así
nos dispersamos
todos
por separado.
Mi
lengua es mi brazalete.
Con ella vuelo, dejo relucir las puntas.
Los pentáculos son mi estigma, y son también mi tercer ojo. Tengo una lengua en el centro de mi frente. Ella será mi futuro. Mi dolor. Me abandonará. Me buscará. Juntos veremos la incisión donde el cielo pierde su bazo. La noche resucitará. Iré al mar a recoger tu ofrenda.
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