Cautiverio en África
Una
ola de plasma acuoso, como una lluvia
De
meteoros de nieve que se desintegran
Me
reclama
Me
recubre
Y
palpa sus miembros con mi boca que juega
a
cobijarlos con simpatía
Camino
por la arena amarilla
Estoy
arrinconada entre el océano y el Monte
Sé que me siguen…
Corro.
Es hermoso escapar.
Mi
corazón se agita tanto que deseo tropezar
para
que me tomen.
Me
alcanzan
Me
arrancan la ropa
Me
agarran los cinco puntos cardinales
Me
contemplan
Auscultan
mis límites colmando mis novedosas facultades
Y
así navego…
Soy
seis cuerpos y Uno
Al
unísono creamos el sudor del océano
Nos
trasladamos a través de las rocas
En
postura de araña
Abriendo
las extremidades por si un viajante
Se
quisiera acoplar
Somos demasiado
Atraemos
las estirpes ultratoráxicas
Porque
juntos creamos un Dios poderoso y caliente
Somos
la noche que en su rapto fantasma
Se
teme para necesitar desearse
Te abruma…
Vuelco
mi cabeza en los cuerpos
Vamos
enterrándonos en la arena
Perdemos
los gestos
Las
palabras
Y
accedemos a la memoria del Monte como un Tabú
:nadie
será capaz de pronunciarnos
:nadie
podrá negarnos
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