Notas que nunca salieron en la diaria/ El Sacrificio

EL SACRIFICIO

 Acerca de agua de los ahogados, de Nelson Traba. Estuario, 2012. 141 páginas.




“Y hablar es hacer, hablar es hacer;/ de lo contrario,/ en el principio/, no hubiera sido el Verbo.”

 
El día que se presentó Agua de los ahogados toda Bella Unión se vistió de fiesta. No llevaron nada especial en su atuendo, fue el gesto quien los vistió de silencio y de vacío. Porque la presentación de este libro fue un llamado a la emoción. Así lo interpretó el colectivo Consumí Poesía, integrado por Nelson Traba, Martin Dalto, Martín Gularte y Carlos Almeida, quienes  difundieron por las calles y por las radios anunciando la presentación del libro. 
“En 2012 consumí agua de los ahogados”. Este pasacalles generó algún resquemor en la ciudad. El ícono del agua como dadora de la vida tiene su revés simbólico en lo incontenible de la catástrofe, la marea calma y las olas huracanadas. El río Cuareim y el río Uruguay 
Según el escritor y teólogo de Bella Unión, Jesús Moraes, el agua es un elemento siempre presente en la literatura de ese lugar como urdimbre constructiva de los recuerdos.“Cualquier familia de Bella Unión tiene o conoció a alguien muy cercano que pereció ahogado”, nos dice Moraes. Por esto quizá pueda entenderse un poco más la incomprensión de la gente ante el artificio publicitario del pasacalles. Martín Dalto interpreta el hecho como interesante: “Si la gente se siente afectada significa que esas palabras les produjeron algo... y eso es poesía”
La intención del grupo Consumí Poesía es extraer al habitante de su automatismo, generar un hecho performático en el cual la persona puede reconocerse, es decir, volver a verse, volver a conocerse desde su propia alteridad. Para esto es necesario la presentación de un símbolo enajenado de su contexto de aparición habitual. Es ahí que la figura del Ahogado deja de ser una coyuntura social y se convierte en un Arquetipo, especificamente Arcano XII, “Le Pendu” o El Colgado (también El Ahorcado en algunas versiones), cuya imagen está representada por un hombre suspendido cabeza abajo, con las manos atadas en la espalda, una de sus piernas está extendida, atada por el tobillo a la rama de un árbol, la otra se pliegua por detrás de esta, formando la cifra 4, completud y redención para la numerología. Este arcano significa que es el tiempo del arrepentimiento o del perdón. Es también, siguiendo el enfoque de E.Bucheli en su libro “El Poder Oculto de los Números”, la señal de la muerte violenta sufrida por un funesto accidente o por la expiación de un crimen o por un acto heroico en devoción a la Verdad y a la Justicia.
En Agua de los ahogados, así está escrito:  “Lo que duele es la fragmentación del devenir,/ y la complejización de la tarea de reconstruir el Arca de Noé. -tarea más sencilla, en apariencia, que vender flores en Avenida Italia y Centenario, o incendiar a los impíos, o regresar al útero y beber hasta la última/ gota del líquido amniótico.”
Éste libro es el segundo de la llamada Trilogía de las Aguas, siendo Agua Antigua (Voces, 2007) el libro inaugural de esta saga.
El agua es un símbolo inverso. En principio está asociado con la vida, con la generación sagrada, pero también el agua es el tormentoso océano y la intempestiva lluvia. Fue el agua el elemento que arrasó toda la especie de vida en el Diluvio bíblico. En éste Noé fue encomendado por la deidad a construir un Arca y así conspirar con el plan divino de la salvación. Noe, su familia, y una población de animales, cada cual segun su especie, macho y hembra, fueron los abanderados de la redención. La contracara del signo son los ahogados. Los animales despedazos por las olas contra las rocas, los niños y ancianos flotando abrazados por encima del agua. Para la salvación, siempre, es necesario un sacrificio.

Agua de los ahogados, de Nelson Traba, confronta a Bella Unión con su inconsciente. Pone en evidencia una zona vedada, un territorio tabu, una habitación siempre cerrada en el interior de una casa. Este inconsciente colectivo debe confrontarse ante la oportunidad del perdón, la reconciliación entre los ahogados y los vivientes, entre los elegidos y los condenados. El agua es el andrógino. La vibración del ying, la vibración del yang. Una fuerza que no se puede reprimir, juzgar ni encarcelar. Una fuerza libre sin la necesidad de esta palabra.

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