MANO DEL CIELO DEL CÓDIGO Presentación de Yoga (Ciudad de México, Literal, colección Limón partido, 2011) de José Manuel Barrios (Montevideo, 1983)


por Héctor Hernández Montecinos



Ciertamente cada vez que hablo de poesía latinoamericana mis certezas desaparecen y mis intuiciones celebran. Intuiciones que deambulan por el continente junto conmigo y a la vez por corpus, extraños, anómalos, difíciles, totales y escépticos. Algunos pensarán quizá que es muy pronto para hacer nuevas cartografías; para otros puede que sea demasiado tarde. No obstante, me he visto en la encrucijada de ser un testigo vivencial a lo largo de más de una década de una producción poética más bien insólita y que casi ninguno de los lectores profesionales esperaba con un síntoma de posibilidad más allá de la trampa de la ruptura y la tradición.


Hicimos el libro 4M3R1C4Novísima poesía latinoamericana[1] siguiendo esta intuición nómade. Allí 40 jóvenes poetas se dieron cita, la mayoría casi desconocidos en sus países y con obras dislocadas y abruptas. Casos raros, escrituras enfermas, espectrales territorios. Uno de ellos es el uruguayo José Manuel Barrios, autor cuyo trabajo conozco hace bastante tiempo y creo representa una de las jugadas de dislocación del sentido poético más arriesgadas y perturbadoras de hoy.


El libro que presentamos es Yoga, con un subtítulo aun más inquietante Divulgación de Telos/Virga, Volumen Uno. Desde la propia enunciación entendemos que esta escritura se nos presenta como un ejercicio vital, un estiramiento de los materiales, cuerpo y corpus, hacia otra dimensionalidad, trascendente. Asimismo, intuimos que existe una previa obra total de la cual este libro es sólo una parte (más adelante esto se nos clarifica). Estas son las primeras señales que sumadas a la cita inicial e iniciática del Bhagavad Gita ya nos susurra un régimen de apropiación distinto a la hermenéutica monoteísta a la cual estamos configurados como lectores burgueses. Aquí leer no será interpretar. Aquí leer no será obedecer. Aquí hay una epifanía.


“Yoga constituye un glosario discreto sobre el origen del conocimiento del alma. Es de alguna forma un manual y por otra un bestiario. Su poética se nutre principalmente de la teosofía y la zoología” (p. 8). Sin duda, el propio libro se revela a sí mismo escondiéndose en una señalética constatativa, parodiando la performancia de la escritura que mediante el hacer tacha el mapa lingüístico que la llevó a ser lo que es y lo que no. Yoga va describiéndose, des-escribiéndose, exhibe las costuras del texto, los remedos del proyecto mayor. Nos anuncia sus ramificaciones pero a la vez las contiene como el Rig Veda. Traza un mito postestructuralista, quizá uno de los primeros o quizá uno de los últimos, y crea un mundo, un estado de latencias, de impulsos biográficos y comunitarios donde reconozco a Hermana Leiva, Alx, Sr. De Ávila y Ney, también a Leandro Vieira y Andrés Vico, mediante la novela que Manv está escribiendo en tiempo real pero escondida en la historia de la historia de la historia de la poesía.


Hace bastantes años que la palabra ‘alma’ estaba borrada de mi imaginario poético, y de mucho de lo que entendemos por contemporáneo, castigada por la razón y censurada por la cursilería de la metáfora. Sin embargo Yoga propone un nuevo software para leerla, una máquina de ramificaciones que nos permite ingresar dicho concepto, y el resto del lenguaje, con el fin de demostrar que todas las palabras son las mismas y que la historia de las palabras, de algún modo, es la historia de la poesía vista desde el más allá de los sentidos y de los significados. De hecho, este programa escritural está diseñado en el libro bajo el nombre de “Los cinco estados del alma-mente” y se ve así:





ESTADO
IMAGEN
MEDIO
PRESENCIA
CUERPO
Éter
Claridad
Muerte
Música
Ángel
Cromo
Poder
Guerra
Teatro
Monstruo
Vacuis
Vacío
Renuncia
Danza
Animal
Telos
Propósito
Vida
Escritura
Máquina
Virga
Unión
Retorno
Magia
Creatura
(p. 51)


Yoga se escabulle del cuerpo, deviene post humano, se acerca a las formas-de-vida y desde ahí se pregunta por los órganos trascendentes, chakras de una obra poética, por el Flujo, por lo sagrado que hay en esa mano que escribe desde el espíritu santo colectivo, el inconsciente-animal. Anomal. Del mismo modo que los libros sagrados poseen una voluntad anónima, una autoría que deviene a cada segundo por las intermitencias de una luz, un aura, superior es que Yoga está escrito para desaparecer. Lo logra. Es un libro que agoniza ya desde el hecho de ser parte de un algo mayor que lo llama desde un más allá, desde el infinito de la no existencia, es decir, es el sentido más profundo de la muerte: el desprendimiento de todo lo que constituye como tal.


Asimismo, si todos los libros sagrados son uno solo, este libro es uno junto a otras obras que se están escribiendo en Latinoamérica, o que se han escrito ya. Es la anulación del tiempo y el espacio de la idea del libro. Quizá es el libro de la poesía latinoamericana muerta que después de Auschwitz y los totalitarismos estaba destinada a morir o exiliarse, pero ninguna de las dos se cumplió, o del algún modo sí, pero fue un viaje hacia lo más profundo de su diagrama, donde el lenguaje es a lo más un susurro y no existe la gravedad semántica. En esta era que es el triunfo de la ruina, la poesía que es la ruina de la ruina, vuelve a iluminar desde los resquicios más castigados por la sociedad capitalista y neoliberal, es decir, desde una visión de un futuro que no existe más que en la propia ‘alma’, que en el contexto de Yoga es la metáfora de una gran mente, una biocomputadora central, el Inti Lupi.


José Manuel Barrios está recibiendo una serie de inpouts, una obra que no es humana, en efecto él mismo es una mediación maquinal transfigurada en Manval Warrios, que deviene tetragramatónicamente en Manv, este hombre que vendrá desde un futuro que no existe más que en la visión y el delirio de esta obra que ridiculiza las expectativas del género lírico y anula los límites del tiempo y el espacio de las autorías. Yoga es algo mayor que ni siquiera alcanzo a vislumbrar, pero sea lo que sea, es definitivamente importante y un punto de fuga inaudito en las ruinas de la civilización.

Ciudad de México, 7 de octubre de 2011

[1] 4M3R1C4Novísima poesía latinoamericana (Santiago: Ventana Abierta editores, 2010. 473 páginas).

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