19-09-2012 SEÑOR MIO DIOS MIO

Señor, ¿porque me has abandonado? Las vacaciones en el pacífico no son lo mismo sin ti. Los sonidos del viento aturden y el mar parece interminable. No tengo ninguna esperanza de llegar a ver la tierra. Si es verdad que existe, y acaso, la veremos, quisiera desembarcar y hacer una gran fiesta para mis amigos donde convidemos una maqueta para olvidar fuera de un negocio al otro día. Nuestros nuevos novios llegarán para olvidar las pasadas, aunque no sean novios, aunque solo sean chicas que llegaron allí por casualidad. Es una lástima pensar en esto y no verte para consultar tu agrado. Pensaba que el calor es inapelable a través del fuego, y que la madera sostiene la ilusión de que no nos queramos matar.
Si hablo de esto es porque me han dejado un niño a mi cargo cuyo origen desconozco. No temas, lo pondré en medio del salon para adornarlo con humo de cigarro y festejos. Doy mis paseos con él a la mañana, lo golpeo antes de comer para que valore la comida, le susurro el futuro en la madrugada para calmar su exitación. En algún punto nos asemejamos, y en todos los otros me supera. No es de este mundo te digo, la punta de su cresta tiende a llenar una corona que no logro entender.
Mañana, cuando nos juntemos, iré como siempre sin nada, y dejaré que ustedes se desvivan para atender a este niño vestido de vidrio con lengua de ultramar. Sugiero comenzar con las críticas mucho después de que halla cagado y meado, e inaugurar los argumentos una vez se halla dormido, para no despertarlo con nuestras torpes diversiones en las que obviamos porque fuimos nuestros. Seguro a la vuelta, seguirá dormido. Por si no nos reconoces, adjuntaré una foto de este tan extraño niño para que sepas regalarle lo que veas a tu antojo.
Un abrazo grande

Manuel







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