DECRETO DE PERPETUO OLVIDO

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Primer mentira
: Que nadie pueda ser procesado o perseguido, por una ley de olvido han cicatrizado siempre nuestras luchas armadas. Desde 1825 hasta hoy mismo, los uruguayos siempre hemos optado por consolidar la paz.

Segunda mentira: El país, la sociedad entera se ha reconciliado, ha vivido en un régimen de convivencia y de tolerancia por estos últimos 25 años.

Tercer mentira: Al haberse politizado este tema, más de la mitad de nuestros héroes serán procesados, situación que ningún ejército u estado puede admitir.

Cuarta mentira: Las otras acusaciones que se hacen están inscriptas en el mismo cuadro de violencia. Las personas que cometieron esos actos no estuvieron por voluntad propia. Si algun jefe le dá la orden que proceda a hacer "x" cosa, ese es el responsable, y el jefe de ese jefe es el responsalbe. No el ejecutante.

Quinta mentira: El problema de las desapariciones, no es responsabilidad de las autoridades uruguayas. En el país no hay ningún desaparecido.

Sexta mentira: En cuanto a la desaparición de los niños es un tema manejado del todo en una forma equivoca. Los niños no desaparecieron en Uruguay, desaparecieron en la Argentina.

Séptima mentira: No es facil que una sociedad se integre si no dejamos de mirar hacia el pasado. Artigas está entre nosotros, a la sombra protectora de sus ideales, con el firme optimismo que da su confianza en el porvenir.
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-El Uruguay aceptó su nombre sin saber todavía como. No sabemos donde queda Uruguay, ni que significa esta palabra. No nos representa, como tampoco sus batallas, ni el número 33 que consolidó su salvación mazónica. En el archivo de los militares figuara el número exacto de los muertos en esas batallas. El archivo del ejército es un departamento de la biblioteca de los mazones.

La verdad está en el anónimato. En el anónimato anónimo de los encapuchados que no pueden ver el rostro del que los ama. Hoy soñé con un escritor cuyo nombre no voy a decir, pero el me hacía el amor hasta sin tocarme, simplemente con su cara de cínismo. Cuando me besaba su vejez recorría mi cuerpo, y yo me convertía en mi tortura y mi cuerpo. A medida que el miedo se alejaba mis opiniones crecían y se distinguían de ellas mismas. Posteriormente yo elegía entregarme a su autoridad, tanto la ley como la deuda me hacían daño. Pero recuerdo que ya no lo veía con cara de viejo, porque se había puesto la cara de una amiga de mi ex novia, una que no tiene cara ni de mujer ni de hombre, pero que es hermosa. Él sabe, concretamente que yo lo he perdonado. Pero una de las razones básicas para que esto sucediera fue que yo recordaba su rostro, yo recordaba el rostro viejo detrás de esa cara falsa.

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